domingo, 29 de diciembre de 2013

Aprendizaje

Lo aprendí con solamente veintiún o veintidós años (…). Y aquello (…) me puso por encima de la media, el hecho de entender aquella verdad a una edad en que la mayoría de la gente solamente está empezando a sospechar los principios básicos de la vida adulta: el hecho de que la vida no te debe nada; de que el sufrimiento adopta muchas formas; de que nadie te cuidará jamás como lo hacía tu madre; de que el corazón humano está chiflado.

Aprendí que el mundo de los hombres tal como existe hoy en día es una burocracia. Se trata de una verdad obvia, por supuesto, aunque también es una verdad que causa enorme sufrimiento a quienes no la conocen.

Pero lo que es más importante, descubrí –de la manera en que un hombre aprende realmente las cosas importantes– el verdadero talento que se requiere para triunfar en una burocracia. Me refiero a triunfar de verdad: a que te vaya bien, a marcar la diferencia, a servir. Descubrí la clave. La clave no es la eficiencia, ni la probidad, ni la reflexión, ni la sabiduría. No es la astucia política, el don de gentes, el cociente intelectual puro y duro, la lealtad, la amplitud de miras ni ninguna de esas cualidades que el mundo burocrático llama virtudes y que busca con sus test. La clave es cierta capacidad que subyace a todas estas cualidades, más o menos igual que la capacidad de respirar y bombear la sangre subyace a todos los pensamientos y acciones.

La clave burocrática subyacente es la capacidad para soportar el aburrimiento. Para operar con eficiencia en un entorno que descarta todo lo que es vital y humano. Para respirar, por así decirlo, sin aire.

-David Foster Wallace, El Rey Pálido

miércoles, 23 de octubre de 2013

El arte de tapa

El British Film Institute ha pedido a ocho diseñadores ingleses que crearan las portadas de su colección de libros sobre películas clásicas. El resto acá.





sábado, 10 de agosto de 2013

Karen Black 1939-2013


Sueño zombi


Se estrenó hace setenta años. No es que sea una película de otro tiempo, que también, es que es cine de otro mundo. Quizá la película más bella producida por Val Lewton. Era la preferida de su director, Jacques Tourneur. Y de Mark Robson, su montador. La preferida de Ruth Knapp, la mujer de Lewton, su chica desde el instituto. (sigue acá)

martes, 2 de julio de 2013

La ficha


Hay muchas personas que se instalan ahí. Que convierten su vida, el resto de sus vidas, en eso. En hablar de cine, en ver cine, en leer sobre cine, en escribir sobre cine, incluso en hacer cine. De hecho, es probable que para ser una eminencia, en eso o en cualquier cosa, sea imprescindible esa dedicación absoluta con un punto obsesivo. Y estoy seguro de que muchas de esas personas son inmensamente felices así. Yo no pude. Llegó un momento en que comencé a sentir que me estaba perdiendo personas maravillosas solo porque eran ajenas a ese entorno; que todas aquellas ficciones extraordinarias y fascinantes estaban construyendo en torno mío una especie de muro asfixiante que me alejaba de la realidad que vivía el 99% del resto del mundo; que comenzaba a hablar un lenguaje, incluso, que solo un círculo muy cerrado de personas entendía; que la acumulación de imágenes y lecturas sobre las películas comenzaba a estragar la frescura de las propias películas, convirtiéndolas en mero objeto de disección, en una especie de materia muerta esperando la autopsia; que la endogamia propia de quien recibe estímulos de fuentes muy limitadas (un grupo reducido de personas, un grupo reducido de contextos) estaba empobreciendo no solo mi capacidad de análisis de la realidad, sino también mi capacidad de análisis del propio cine, muchas veces afectada ya por tediosos lugares comunes; que, en fin, lo que empezó siendo una fuente de placer inmenso y un cielo abierto a un nuevo mundo, estaba corriendo el riesgo de convertirse en una pequeña cárcel que me aislaba de ese mismo mundo. -Enrique Pérez Romero

(texto completo acá)

martes, 28 de mayo de 2013

What's He Building?


What's he building in there?
What the hell is he building
In there?
He has subscriptions to those
Magazines... He never
Waves when he goes by
He's hiding something from
The rest of us... He's all
To himself... I think I know
Why... He took down the
Tire swing from the Peppertree
He has no children of his
Own you see... He has no dog
And he has no friends and
His lawn is dying... and
What about all those packages
He sends. What's he building in there?
With that hook light
On the stairs. What's he building
In there... I'll tell you one thing
He's not building a playhouse for
The children what's he building
In there?

Now what's that sound from under the door?
He's pounding nails into a
Hardwood floor... and I
Swear to god I heard someone
Moaning low... and I keep
Seeing the blue light of a
T.V. show...
He has a router
And a table saw... and you
Won't believe what Mr. Sticha saw
There's poison underneath the sink
Of course... But there's also
Enough formaldehyde to choke
A horse... What's he building
In there. What the hell is he
Building in there? I heard he
Has an ex-wife in some place
Called Mayors Income, Tennessee
And he used to have a
consulting business in Indonesia...
but what is he building in there?
What the hell is building in there?

He has no friends
But he gets a lot of mail
I'll bet he spent a little
Time in jail...
I heard he was up on the
Roof last night
Signaling with a flashlight
And what's that tune he's
Always whistling...
What's he building in there?
What's he building in there?

We have a right to know...

(Tom Waits)

domingo, 21 de abril de 2013

1973



























M & S









Faces



Faces (dir. John Cassavetes, 1968)

Diez consejos para jóvenes escritores

keretkeret

Etgar Keret

1. Asegúrate de que disfrutas escribir.

A los escritores siempre les gusta decir lo difícil que es el proceso de escritura y cuánto sufrimiento les produce. Están mintiendo. A la gente no le gusta admitir que vive de algo que de verdad disfruta.

Escribir es una manera de vivir otra vida. Muchas otras vidas. Las vidas de incontables personas que nunca has sido, pero que son tú por completo. Cada vez que te sientes y te encuentres con la página en blanco y lo intentes –aun cuando no tengas éxito– agradece la oportunidad de expandir los alcances de tu vida. Es divertido. Es groovy. Es dandy. Y no dejes que nadie te diga lo contrario.

2. Ama a tus personajes.

Para que un personaje sea real, tiene que haber por lo menos una persona en este mundo capaz de amarlo y entenderlo, sin importar si le gusta lo que el personaje hace o deja de hacer. Tú eres la mamá y el papá de los personajes que creas. Si tú no puedes amarlos, nadie podrá.

3. Cuando escribes no le debes nada a nadie.

En la vida real si no te comportas puedes terminar en la cárcel o en un hospital psiquiátrico, pero en la escritura todo se vale. Si en tu cuento hay un personaje que te atrae, bésalo. Si en tus historias hay una alfombra que odias, préndele fuego justo en medio de la sala. Cuando se trata de escribir, puedes destruir planetas enteros y erradicar civilizaciones completas con sólo presionar una tecla, y una hora después, cuando la viejita del piso de abajo te encuentre en el pasillo, ella te va a decir hola de todos modos.

4. Empieza siempre por en medio.

El principio es como el borde quemado de un pastel que tocó el molde. Lo necesitas sólo para empezar, pero no es realmente comestible.

5. Intenta no saber cómo acaba.

La curiosidad es una fuerza poderosa. No la dejes ir. Cuando vas a escribir un cuento o un capítulo, toma el control de la situación y de los motivos de tus personajes, pero siempre déjate sorprender por los giros en la trama.

6. No uses nada sólo porque «así es siempre».

Los párrafos, las comillas, los personajes que se llaman igual a pesar de haber cambiado de página: todo eso son sólo convenciones que existen a tu servicio. Si no te sirven, olvídate de ellas. El hecho de que una regla en particular funcione en todos los libros que has leído no quiere decir que también funcione en el tuyo.

7. Escribe como tú mismo.

Si intentas escribir como Nabokov, siempre habrá por lo menos una persona (cuyo nombre es Nabokov) que lo hará mejor que tú. Pero cuando se trata de escribir como tú escribes, tú siempre serás el campeón mundial de ser tú mismo.

8. Asegúrate de estar solo cuando escribes.

A pesar de que escribir en cafeterías suene romántico, tener gente a tu alrededor probablemente hará que te comportes, te des cuenta o no. Cuando no hay nadie cerca, puedes hablar solo o sacarte un moco, incluso sin darte cuenta. Escribir es una especie de ese hurgar en la nariz, y cuando hay gente cerca, la tarea puede volverse menos natural.

9. Deja que las personas a las que les gusta lo que escribes te den confianza.

Y trata de ignorar a todos los demás. Lo que sea que hayas escrito simplemente no es para ellos. No te preocupes. Hay muchos otros escritores en el mundo. Si buscan lo suficiente, seguro que encontrarán a uno que cumpla sus expectativas.

10. Oye lo que todos tienen que decir, pero no escuches a nadie (sólo a mí).

La escritura es el terreno más privado en el mundo. Así como nadie puede enseñarte realmente cómo te gusta el café, nadie puede enseñarte realmente cómo escribir. Si alguien te da un consejo que suena bien y que se siente bien, úsalo. Si alguien te da un consejo que suena bien, pero que se siente mal, no pierdas ni un segundo en él. Puede funcionar para alguien más, pero no para ti.

(Bonus)

11. Amor difícil.

El «bloqueo del escritor» es un término inventado por escritores muy consentidos y quejumbrosos para referirse a los periodos en que no se sienten inspirados. La asunción que se esconde tras este término es que la creatividad es una fuente eterna y con máxima potencia, por lo que si en determinado momento queremos escribir pero nada excepcional sale del otro lado de nuestro teclado o de nuestra pluma, debe haber alguna falla obstruyendo el ciclo natural de la creatividad continua.

Me gustaría plantear una perspectiva alternativa. La creatividad, como el amor, es un regalo. Y no te dan regalos todo el tiempo. Si vas a una cita y no te gusta el chico o la chica con el que saliste, no es que estés experimentando «bloqueo del enamorado»–sino que simplemente no estás amando en ese preciso momento, y si eres lo suficientemente paciente experimentarás amor en el futuro (probablemente en el lugar y la hora en que menos lo esperes). Si no escribes bien, sigue escribiendo cosas malas (no te preocupes, la mala escritura es completamente ecológica –no daña la capa de ozono ni hace que te de cáncer). Si se vuelve muy frustrante, deja de hacerlo –mejor juega bádminton, colecciona aviones a escala, o haz todas esas cosas que hace la gente que no escribe. Pero principalmente, espera pacientemente. (Pacientemente, en oposición a impacientemente, o enojadamente, o amargadamente –porque esa clase de espera no lleva a la buena escritura en el futuro. La paciencia sí.)

Escribir no es un hábito. Es una forma de expresión única. Y nadie te debe esa experiencia especial todos los días o semanalmente. Pero si haces un esfuerzo, en su ausencia, por seguir viviendo tu vida y experimentar nuevas cosas, eventualmente regresará. Y cuando lo haga, disfrútala tanto como puedas, antes de que se vaya otra vez.

[*] Traducción de José Miguel Rentería, con permiso del autor. Estos consejos estaban hasta ahora inéditos en español.

Man Ray


Nusch Éluard

sábado, 6 de abril de 2013

Bigas Luna 1946-2013

Bigas Luna deja una película inacabada