lunes, 26 de octubre de 2015
viernes, 16 de octubre de 2015
Lo infraordinario
por Georges Perec
Lo que
realmente ocurre, lo que vivimos, lo demás, todo lo demás, ¿dónde está? Lo que
ocurre cada día y vuelve cada día, lo trivial, lo cotidiano, lo evidente, lo
común, lo ordinario, lo infraordinario, el ruido de fondo, lo habitual, ¿cómo
dar cuenta de ello, cómo interrogarlo, cómo describirlo?
Interrogar
a lo habitual. Pero si es justamente a lo que estamos habituados. No lo
interrogamos, no nos interroga, no plantea problemas, lo vivimos sin pensar en
él, como si no vehiculase ni preguntas ni respuestas, como si no fuese portador
de información. Esto no es ni siquiera condicionamiento: es anestesia. Dormimos
nuestra vida en un letargo sin sueños. Pero nuestra vida, ¿dónde está? ¿Dónde
está nuestro cuerpo? ¿Dónde nuestro espacio?
Cómo
hablar de esas “cosas comunes”, más bien cómo acorralarlas, cómo hacerlas
salir, arrancarlas del caparazón al que permanecen pegadas, cómo darles un
sentido, un idioma: que hablen por fin de lo que existe, de lo que somos.
Quizá se
trate finalmente de fundar nuestra propia antropología: la que hablará de
nosotros, la que buscará en nosotros lo que durante tanto tiempo hemos copiado
de los demás. Ya no lo exótico sino lo endótico.
Interrogar
a lo que parece ir tan por su cuenta que nos hemos olvidado de su origen.
Recuperar algo del asombro que experimentaron Julio Verne o sus lectores frente
a un aparato capaz de reproducir y transportar el sonido. Porque existió ese
asombro, y otros miles, y fueron ellos los que nos modelaron.
De lo que
se trata es de interrogar al ladrillo, al cemento, al vidrio, a nuestros
modales en la mesa, a nuestros utensilios, a nuestras herramientas, a nuestras
agendas, a nuestros ritmos. Interrogar a lo que parecería habernos dejado de
sorprender para siempre. Vivimos, por supuesto, respiramos, por supuesto,
caminamos, abrimos puertas, bajamos escaleras, nos sentamos a la mesa para
comer, nos acostamos en una cama para dormir. ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Por qué?
Describan
su calle. Describan otra.
Comparen.
Hagan el
inventario de sus bolsillos, de su bolso. Interróguense acerca de la
procedencia, el uso y el devenir de cada uno de los objetos que van sacando.
Pregúntenle
a sus cucharillas.
¿Qué hay
bajo su papel de la pared?
¿Cuántos
gestos hacen falta para marcar un número de teléfono? ¿Por qué?
¿Por qué
no se encuentran cigarrillos en las tiendas de alimentación? ¿Por qué no?
Me
importa poco que estas preguntas sean, aquí, fragmentarias, apenas indicativas
de un método, como mucho de un proyecto. Me importa mucho que parezcan
triviales e insignificantes: es precisamente lo que las hace tan esenciales o
más que muchas otras a través de las cuales tratamos en vano de captar nuestra
verdad.
(En “Approches
de quoi?”, pubicado en Cause commune,
nº 5, febrero de 1973.
Traducido por Mercedes Cebrián y publicado en Lo infraordinario,
Editorial Impedimenta,
Madrid, octubre de 2008.)
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