ARQUITECTOS. Todos imbéciles. Siempre olvidan la escalera de las casas.
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BOSTEZO. Hay que decir: «Discúlpeme, no es de aburrimiento sino del estómago».
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CAMELLO. Tiene dos jorobas y el dromedario una sola. O bien el camello tiene una joroba y el dromedario dos (uno se confunde).
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CATOLICISMO. Tuvo una influencia muy favorable sobre las artes.
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CIENCIA. Un poco de ciencia provoca el alejamiento de la religión y demasiada ciencia, el acercamiento a ella.
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CONSERVADOR. Político de vientre abultado.
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CORÁN. Libro de Mahoma donde solamente se habla de las mujeres.
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CRUCIFIJO. Es apropiado en una alcoba y en la guillotina.
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CURAS. Habría que castrarlos a todos. Se acuestan con sus criadas y tienen hijos a los que llaman sobrinos. Es lo mismo: también hay curas buenos.
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DEFRAUDAR. Defraudar al fisco no es engañar; constituye una muestra de ingenio y de independencia política.
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DENTISTAS. Todos mentirosos. Emplean el bálsamo de acero. Se los cree también pedicuros. Se llaman cirujanos de la misma manera que los ópticos se llaman a sí mismos ingenieros.
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DERECHO (el). No se sabe qué es.
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DIPLOMA. Señal de sabiduría. No demuestra nada.
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DIPUTADO. Serlo colma de gloria. Protestar en contra de la Cámara de Diputados. Demasiados charlatanes en la Cámara. No hacen nada.
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EGOÍSMO. Quejarse del de los demás y no reparar en el propio.
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ÉPOCA (nuestra). Protestar en su contra. Lamentarse de que no es poética. Llamarla época de transición, de decadencia.
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ESFERA. Palabra casta para designar los senos de una mujer. «Dejadme besar vuestras esferas adorables».
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FLAGRANTE DELITO. Pronunciar flagrante delicto. Sólo se emplea en los casos de adulterio.
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FUSILAMIENTO. Única manera de hacer callar a los parisienses.
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GENERACIÓN ESPONTÁNEA. Idea socialista.
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GLORIA. Apenas es un poco de humo.
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HARÉN. Comparar siempre un gallo en medio de sus gallinas con un sultán en su harén. El sueño de todos los estudiantes secundarios.
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HISTERIA. Confundirla con la ninfomanía.
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HOJA DE PARRA. Emblema de la virilidad en el arte de la escultura.
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IDEAL. Inútil por completo.
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IMBÉCILES. Quienes no piensan como uno.
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LIBRO. Cualquiera que sea, siempre demasiado largo.
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MEDICINA. Burlarse de ella cuando uno se siente bien.
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MISIONEROS. Todos son comidos o crucificados.
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OPTIMISTA. Equivalente a imbécil.
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PADRES. Siempre desagradables. Ocultarlos cuando no son ricos.
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PAN. No se tiene idea de todas las porquerías que hay en el pan.
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PIRÁMIDE. Construcción inútil.
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PROBLEMA. Si se lo formula bien, ya está resuelto.
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RUINAS. Provocan ensoñaciones y otorgan poesía a un paisaje.
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TIEMPO. Tema eterno de conversación. Causa universal de todas las enfermedades. Hay que quejarse siempre de él.
(Del Diccionario de los lugares comunes, de Gustave Flaubert. Libros del Zorzal, Buenos Aires, 2004, Trad. Alberto Ciria)
