por Stéphane Hessel
Después de 93 años, estoy cerca del final. El final para mí ya no está muy lejos. Pero todavía permítanme recordar a otros que actuaron basados en mi compromiso político. Fueron los años de resistencia a la ocupación nazi –y el programa de derechos sociales elaborado hace 66 años por el Consejo Nacional de
Es a Jean Moulin [miembro asesinado del Consejo] a quien le debemos, como parte de este Consejo, la unidad de todos los elementos de
A estos principios y valores los necesitamos más que nunca. Hasta que no los veamos todos juntos nuestra sociedad no se volverá una de la que estemos orgullosos; no esta sociedad de inmigrantes sin papeles –expulsiones, sospechas respecto a los inmigrantes. No esta sociedad donde se cuestiona la seguridad social y los planes de pensiones y salud nacionales. No esta sociedad donde los medios masivos están en manos de los ricos. Son cosas en las que nos habríamos negado a ceder si fuésemos los herederos verdaderos del Consejo Nacional de
Desde 1945, después de un horroroso drama [la 2ª Guerra], hubo una ambiciosa resurrección de la sociedad a la que se dedicó el mismo remanente del contingente del Consejo de
Las fuentes de energía, electricidad, gas, minas, los grandes bancos, fueron nacionalizados. Así fue como el programa recomendaba: “... el retorno a la nación de los monopolizados medios de producción, frutos del trabajo común, fuentes de energía, riqueza de las minas, de compañías de seguros y de los grandes bancos; la institución de una verdadera democracia económica y social involucra la salida de los grandes feudos económicos y financieros de la dirección de la economía.”
El interés general debe dominar sobre los intereses especiales. El hombre justo cree que la riqueza creada en la esfera del trabajo debe dominar sobre el poder del dinero.
Una verdadera democracia necesita una prensa independiente, y
Todas las fundaciones de la conquista social de
El motivo de
De nuevo, los bancos privatizados han probado estar más preocupados de sus dividendos y de los altos sueldos de sus líderes que del interés general. Esta disparidad entre los más pobres y los más ricos nunca había sido tan grande, ni tan incentivados el amasar fortunas y la competencia.
¡El motivo básico de
Nosotros, los veteranos de los movimientos de resistencia y de las fuerzas de combate de
Los líderes políticos, económicos e intelectuales y la sociedad no tienen que ceder ni permitir la opresión de una dictadura internacional real o de los mercados financieros que amenazan la paz y la democracia.
Deseo para todas las personas, para cada una, que tengan sus propios motivos de indignación. Es invaluable. Cuando alguien te atropella como eras atropellado por el nazismo, la gente se vuelve militante, fuerte y comprometida. Ellos se unen al momento histórico y los grandes momentos de la historia deben continuar gracias a cada individuo. Y este momento conduce a más justicia, más libertad, pero no a esa libertad ilimitada del zorro en el gallinero. Los derechos contenidos en
Si te encuentras con un desfavorecido, siente pena por él pero ayúdale a ganar sus derechos.
Dos visiones de la historia
Cuando trato de entender qué causó el fascismo, lo que hizo que tantos fueran dominados por Hitler y el régimen de Vichy, me digo a mí mismo que los propietarios, con sus egoísmos, estaban tremendamente asustados con la revolución bolchevique. Se les permitió liderar con sus miedos.
Pero si hoy, como entonces, una activa minoría se levanta, será suficiente; debemos ser la levadura que hace que el pan suba. Ciertamente, la experiencia de una persona muy vieja como yo, nacida en 1917, es diferente a la experiencia de la gente joven de hoy en día. Yo a menudo le pido a profesores la oportunidad de interactuar con sus estudiantes y les digo: No tienen las mismas obvias razones para comprometerse. Para nosotros resistir era no aceptar la ocupación alemana, vencer. Esto fue relativamente simple. Simple como lo que siguió a la descolonización. Entonces vino la guerra en Argelia.
Era necesario que Argelia fuese independiente, era obvio. En cuanto a Stalin, aplaudimos la victoria del Ejército Rojo contra los nazis en 1943. Pero ya sabíamos de las atrocidades stalinistas de 1935, e incluso si era necesario mantener los oídos abiertos hacia el comunismo para compensar el capitalismo estadounidense, la necesidad de oponernos a esta insoportable forma de totalitarismo se había establecido como una perogrullada. En mi larga vida presencié una sucesión de motivos para indignarme.
Estas razones nacieron menos de una emoción que de un compromiso deliberado. Como estudiante de una escuela normal [una escuela de magisterio] fui muy influenciado por Sartre, un compañero de estudios. La náusea [novela], El muro [drama] y El Ser y
Cuando entré en la Ècole Normale Superieure, en la calle Ulm en París en 1939, entré como un ferviente adherente del filósofo Hegel, y adherí al pensamiento de Maurice Merleau-Ponty. Su enseñanza explora la experiencia concreta, la del cuerpo y sus relaciones con los sentidos, una gran sensación singular enfrentada con una pluralidad de sensaciones. Pero mi optimismo natural que busca que todo lo deseable sea posible me llevó más bien a Hegel. El hegelismo interpreta la larga historia de la humanidad como poseedora de un significado: es la libertad del hombre progresando paso a paso. La historia se hace de sucesivos choques y de la toma en consideración de los desafíos. Al final de la historia de las sociedades y, por lo tanto, de los avances, el hombre ha alcanzado su plena libertad, tenemos en el estado democrático su forma ideal.
Otro entendimiento de la historia dice que el progreso está hecho de “libertad”, luchando por “siempre más”; como si viviésemos en un huracán devastador. Así es como se lo representaba a un amigo de mi padre el hombre que compartió conmigo el esfuerzo de traducir al alemán En busca del tiempo perdido de Marcel Proust.
Era el filósofo alemán Walter Benjamin. Había elaborado una visión pesimista de una pintura de Paul Klee, un pintor suizo, el Angelus Novus, donde la cara del ángel abre los brazos para contener y empujar una tempestad, que él identifica con el progreso. Para Benjamin, que se suicidaría en septiembre de 1940 para escapar del nazismo, el sentido de la historia es la progresiva dominación de un desastre tras otro.
Indiferencia: La peor de las actitudes
Es verdad que las razones para estar indignados pueden verse hoy menos claramente relacionadas o el mundo se ha vuelto demasiado complejo. ¿Quién está haciendo el ordenamiento, quién lo decide? No es siempre sencillo diferenciar entre todas las corrientes que nos gobiernan. No estamos lidiando con una pequeña elite cuyas actividades pueden ser fácilmente visibles. Este es un mundo vasto, en el cual tenemos una sensación de interdependencia. Vivimos en una interconectividad como nunca antes. Pero en este mundo todavía hay cosas intolerables. Para verlas es bueno y necesario mirar, buscar. Le digo a los jóvenes, busquen poco y eso es lo que van a encontrar. La peor de las actitudes es la indiferencia, decir “No puedo hacer nada contra eso. Ya me las arreglaré para salir adelante.” Por incluirte a ti mismo en esto, pierdes uno de los elementos que hacen al ser humano: la facultad de indignarse y el compromiso que es una consecuencia de lo primero.
Ellos y ellas [las personas jóvenes] pueden desde ya identificar dos grandes desafíos nuevos:
1. La gran brecha que existe entre los más pobres y los más ricos y que no cesa de crecer. Es una innovación de los siglos XX y XXI. Los más pobres en el mundo de hoy ganan apenas dos dólares al día. Las nuevas generaciones no pueden dejar que esta brecha se vuelva mayor. Los reportes oficiales por sí solos deberían provocar un compromiso.
2. Derechos humanos y estado del planeta: Tuve la oportunidad después de
Es a René Cassin a quien le debemos el concepto de “derechos universales” en vez de “derechos internacionales”, como lo planteaban nuestros amigos estadounidenses y británicos. Esto [universal en vez de internacional] fue clave porque al final de
Para llegar a ser emancipado era necesario obtener de los estados miembros de
Tenía la sensación de que era necesario moverse rápidamente para no ser engañados por la hipocresía que había en la composición de
No puedo resistirme al deseo de citar el artículo 15 de
Noto con satisfacción que en el curso de las últimas décadas ha habido un aumento en las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) y en movimientos sociales como ATTAC (Asociación por una Tasa a las Transacciones financieras especulativas y
A la gente joven le digo: Miren alrededor, encontrarán temas que justifiquen su indignación –hechos acerca del tratamiento de inmigrantes, de inmigrantes “ilegales”, de gitanos. Encontrarán situaciones concretas que les llevan a fortalecer su acción ciudadana. ¡Busquen y encontrarán!
Mi indignación por lo que ocurre en Palestina
Hoy mi mayor indignación tiene que ver con Palestina,
Volví a Gaza en 2009, cuando pude entrar con mi esposa gracias a nuestros pasaportes diplomáticos, para estudiar de primera mano lo que el reporte decía. La gente que nos acompañaba no fue autorizada a entrar en
En cuanto a Gaza, es como una cárcel sin techo para un millón y medio de palestinos. Una prisión donde la gente se organiza para sobrevivir. A pesar de la destrucción material, como la del Hospital de
¿Terrorismo o exasperación?
Sé que a Hamas [partido de los luchadores de la libertad palestinos], que ha ganado las últimas elecciones legislativas, puede no ayudarlos que cohetes sean lanzados sobre ciudades israelíes en respuesta a la situación de aislamiento y bloqueo en que viven los gazanos. Pienso naturalmente que el terrorismo es inaceptable; pero es necesario admitir (desde la experiencia en Francia) que cuando el pueblo está ocupado por fuerzas inmensamente superiores a ellos mismos, la reacción popular no puede ser totalmente pacífica.
¿Le es útil a Hamas lanzar cohetes hacia Sdérot [pueblo israelí al otro lado de la frontera con la franja de Gaza]?
La respuesta es no. Esto no sirve a sus propósitos pero ello puede explicar esto como una muestra de la exasperación de los gazanos. Bajo la noción de exasperación es necesario entender la violencia como la lamentable conclusión de situaciones inaceptables a las cuales han sido sometidos.
Por lo tanto, ellos pueden llamarlo, terrorismo como una forma de exasperación. Y este llamado “terrorismo” es un nombre inapropiado. Uno no debería tener que recurrir a esta exasperación, pero hay que tener esperanza. La exasperación es una negación de la esperanza. Es comprensible, diría casi natural, pero aún es inaceptable. Porque esto no permite adquirir resultados que la esperanza posiblemente puede eventualmente producir.
No violencia: El camino que debemos aprender a seguir
Estoy persuadido de que el futuro le pertenece a los no violentos, de la reconciliación de diferentes culturas. Es por esta vía que la humanidad entrará a su siguiente etapa. Pero estoy de acuerdo con Sartre: no podemos excusar a los terroristas que lanzan bombas, pero podemos entenderlos. Sartre escribió en 1947: “Reconozco que la violencia en cualquier forma que pueda manifestarse es un revés. Pero es un revés inevitable porque estamos en un mundo de violencia. Y si bien es cierto que el riesgo de recurrir a la violencia es permanente, es también cierto que es el medio seguro para hacerla detenerse.”
A esto añadiría que la no-violencia es una segura forma de hacer que la violencia se detenga. Uno no puede tolerar el terrorismo, usando a Sartre o en el nombre de este principio, durante la guerra de Argelia ni durante los juegos olímpicos de Munich en 1972, en el intento de asesinato contra los atletas israelíes. El terrorismo no es productivo y Sartre mismo se preguntaría al final de su vida sobre el sentido de la violencia y dudaría de su razón de ser.
Sin embargo, proclamar “la violencia no es efectiva” es más importante que saber si uno debe condenar o no a quienes se dedican a esto. El terrorismo no es efectivo. En la noción de la efectividad, una esperanza no sangrienta es necesaria. Si hay una esperanza violenta, está en el poema de Guillaume Appollinaire “la esperanza es violenta” y no en la política.
Sartre, en marzo de
Es necesario entender que la violencia se opone a la esperanza. Es necesario preferir la esperanza, esperanza por sobre la violencia. La no-violencia es el camino que debemos aprender a seguir. También los opresores.
Es necesario llegar a negociaciones para quitar la opresión; esto es lo que permitirá no tener más violencia terrorista. Por lo tanto no debemos permitir que se acumule demasiado odio.
El mensaje de Mandela y Martin Luther King encuentra toda su pertinencia en el mundo que ha superado la confrontación de ideología [p.e. nazismo] y el totalitarismo conquistador [p.e. Hitler]. Esto es también un mensaje de esperanza en la capacidad de las sociedades modernas de sobreponerse a conflictos por medio del mutuo entendimiento y una paciente vigilancia. Para alcanzar este punto es necesario basarse en derechos, en vez de violaciones, quien sea el autor, debe causar nuestra indignación. No hay que transar estos derechos.
Por una insurrección pacífica
He apreciado, y no soy el único, la reacción del gobierno israelí cuando por la forma en que cada viernes los ciudadanos de Bil’in protestaban sin usar piedras ni la fuerza hasta el muro de separación. Las autoridades israelíes calificaron esto como un “terrorismo no sangriento”. Esto es algo bueno... Es necesario ser israelí para calificar la no violencia como terrorista. Es especialmente necesario para ser incómodos [como le resultaba a los israelíes] por la eficacia de la no-violencia, que se encuentra para provocar apoyo, entendimiento –el apoyo de todas las personas que en el mundo son adversarias de la opresión.
El pensamiento productivista, impulsado por Occidente condujo al mundo a una crisis de la que debe salir a través de una radical ruptura con el concepto de “crecer” no solo en el campo financiero sino también en el dominio de las ciencias y la tecnología. Ya es el momento de que prevalezcan las preocupaciones acerca de la ética, la justicia y el equilibrio duradero (económico y medio ambiental). Porque son los riesgos más serios que nos amenazan. Ellos pueden poner fin a la aventura humana en el planeta, que puede llegar a ser inhabitable para los humanos.
Pero sigue siendo cierto que el progreso más importante fue hecho después de 1948 [año de la fundación de
Tenemos esta crisis económica, pero todavía no iniciamos una nueva política de desarrollo. Del mismo modo, la cumbre de Copenhagen contra el cambio climático no produjo una política real para la preservación del planeta.
Estamos en el umbral entre el terror de la primera década y las posibilidades de las décadas que siguen. Pero es necesario tener esperanza, es siempre necesario. La década anterior, la de los noventa, ha sido un tiempo de gran progreso. Las Naciones Unidas tuvieron la sabiduría de llamar a conferencias como la de Río sobre medio ambiente, en 1992, y la de Beijing sobre la mujer en 1995. En Septiembre del 2000, por iniciativa del secretario general de
Mi pesar está en que ni Obama ni
Conclusión
¿Cómo concluir este llamado a la indignación? Diciendo todavía lo que, en ocasión del sexagésimo aniversario del programa del Consejo Nacional de
A todas las personas que harán el siglo XXI, les decimos con afecto:
CREAR ES RESISTIR; RESISTIR ES CREAR.
Me acabo de enterar que Jafar Panahi (condenado a seis años de cárcel domiciliaria y a veinte de inactividad profesional), se las ingenió para filmar una película en su casa y hacerla llegar clandestinamente a Cannes en un pen drive.
ResponderEliminarSe llama ¨Esto no es un film¨ e ingeniosamente mezcla ficción y realidad, relatando una película que tiene en su cabeza detallando los lugares de las escenas, que obviamente, están todos dentro de su casa.
Creo, es el verdadero ejemplo de CREAR ES RESISTIR, RESISTIR ES CREAR, que habla este viejito.