Se estrenó hace setenta años. No es que sea una película de
otro tiempo, que también, es que es cine de otro mundo. Quizá la película más
bella producida por Val Lewton. Era la preferida de su director, Jacques
Tourneur. Y de Mark Robson, su montador. La preferida de Ruth Knapp, la mujer
de Lewton, su chica desde el instituto. (sigue acá)
No hay comentarios:
Publicar un comentario