No podemos proyectar en el mundo más orden o desorden del que hay. No podemos transformarlo más de lo que se transforma a sí mismo. Ahí está la debilidad de nuestra radicalidad histórica. Todos los pensamientos del cambio, las utopías revolucionarias, nihilistas, futuristas, toda esta poética de la subversión y de la transgresión características de la modernidad, resultarán ingenuas ante la inestabilidad, la reversibilidad natural del mundo. No sólo la transgresión, sino la misma destrucción, está fuera de nuestro alcance. Jamás nos equipararemos con un acto de destrucción a la destrucción accidental del mundo.
Lo que podemos añadir con la destrucción artificial ya está inscrito en la revolución incesante del mundo, en la trayectoria irónica de las partículas y en las turbulencias caóticas de los sistemas naturales. Y el accidente final escapa tanto a nuestra incumbencia como el accidente inicial. Tampoco en este caso hay que soñar. No añadiremos nada a la nada del mundo, ya que formamos parte de ella. Pero tampoco añadiremos nada a su significación ya que no la tiene.
–Jean Baudrillard, El crimen perfecto
Lorre, su(s) blog (s), van a un ritmo endemoniado. Es como una bulimia (in)formativa, donde yo no hago pie. A veces pienso que usted está loco. Pero eso no me asusta, me asusta que alguien tan bueno como usted no maneje cuerdamente su locura. Para comentar sus post viajo de M a Crema de Crema a M, y concluyo en que es imposible. Por tanto, me abstengo de comentar. Leeré con fruición sus post y me pegaré piñas en mi cabeza. Un abrazo. Castrato.
ResponderEliminarJajaja. Somos varios que no hacemos pie, Castrato. Y no piense "a veces" que estoy loco. Piénselo siempre. Otro abrazo. P.L.
ResponderEliminarPor otra parte, ¿no era Ud. el portador del caos en este prolijo blog (Castrato dixit)? ¿Ahora está extrañando el orden? ¿Cómo así?
ResponderEliminarLorre, me remito a Baudrillard. Intenté ¨meter¨ caos en su blog, pero el mundo ya es un caos, no añadiré nada a las turbulencias naturales de su cabezota.Mi caos es orden comparado con el mundo. Gracias por su guía, usted es un Virgilio en este viaje a través del valle de lágrimas.
ResponderEliminarPobre yo, que ni soy una Beatriz ni una Penélope ni una Helena. Bueno, me queda el consuelo de no ser ecologista.
ResponderEliminarPero qué dice, Lajack! Ud. es la Palas Atenea de este blog y del otro y de los que vendrán.
ResponderEliminarAhh, bárbaro!! O sea que empecé con la cabeza partida de un hachazo, laburé como negra en la La Odisea, creo que inventé el aceite de oliva (que ni siquiera me gusta), y encima de todo...MORÍ VIRGEN!!! Ta, Peter, no me quieras tanto!!!
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