Dice Alejandro Gándara en El escorpión:
Encuentro en la novela de Antonio Doñate, Acceso al comportamiento (Caballo de Troya), la historia del documental The Marina Experiment, que se proyectó en el festival Play-Doc de Tui, en 2010, con la siguiente sinopsis:"Mi padre pasó dieciséis años (1959-1975) comunicándose conmigo exclusivamente a través de cámaras y dispositivos de grabación, documentando las violaciones emocionales que soporté bajo su dirección. Tras su muerte exhumé su colección: cajas de cintas de sonido, películas en super 8 y más de 10.000 fotografías. Como la hija y la directora, presento las pruebas."La víctima es, efectivamente, la directora del documental, Marina Lutz. El personaje narrador de Doñate observa que
"en la narración queda claro que para la autora su progenitor, afamado fotógrafo de la época, no fue un buen padre. O más bien que no ejerció de tal, sino de voyeur obsesivo y dictatorial. Marina escoge de entre el monumental archivo, imágenes en su mayoría de contenido sexual, con ella desde bebé en ropa interior, o directamente desnuda, sentada en el urinario. Repite en bucle alguna de estas fotografías, las más escabrosas, hace zooms sobre el culo, vagina o pechos ya púberes. Las compara con retratos femeninos de toda índole, que su padre realizaba en el trabajo, las contrapone con otro de sus archivos, una especie de atlas de la mujer coetánea (...) La lectura, expuesta escuetamente, es taxativa. El señor Lutz fue un obseso, un erotómano, un maltratador psíquico y, posiblemente, un pederasta (...) Marina Lutz acierta a concluir diciendo, con el gesto recompuesto, con ligera jocosidad, que para ella aquello era una suerte de venganza contra su padre. Un material con el que había sido sojuzgada, y humillada o vejada, ahora se convertía en un dedo que se giraba hacia él mismo para condenarle. Que era un trabajo en inicio exclusivamente personal, pero varios amigos le convencieron de que debería exhibirse, ya que podría ayudar a mucha gente."El documental ha obtenido multitud de galardones, pero tengo la impresión de que queda en pie la incógnita sobre el resultado de esta empresa: exhibir al exhibidor. Y, por otro lado, también cabe preguntarse por la eficacia de este sistema para conjurar los demonios de la víctima.
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