por William
Shakespeare
Sonnet XXIX
When, in
disgrace with fortune and men's eyes,
I all alone
beweep my outcast state
And trouble
deaf heaven with my bootless cries
And look
upon myself and curse my fate,
Wishing me
like to one more rich in hope,
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like him, like him with friends possess'd,
Desiring
this man's art and that man's scope,
With what I
most enjoy contented least;
Yet in these
thoughts myself almost despising,
Haply I
think on thee, and then my state,
Like to the
lark at break of day arising
From sullen
earth, sings hymns at heaven's gate;
For thy
sweet love remember'd such wealth brings
That then I
scorn to change my state with kings.
“Shakespeares
Sonette”, por Robert Wilson y Rufus Wainwright, Berliner Ensemble, 2009
~
Soneto 29
(Traducción 1: Manuel Mujica Láinez)
Cuando hombres y Fortuna me abandonan,
lloro en la soledad de mi destierro,
y al cielo sordo con mis quejas canso
y maldigo al mirar mi desventura,
soñando ser más rico de esperanza,
bello como éste, como aquél rodeado,
deseando el arte de uno, el poder de otro,
insatisfecho con lo que me queda;
a pesar de que casi me desprecio,
pienso en ti y soy feliz y mi alma entonces,
como al amanecer la alondra, se alza
de la tierra sombría y canta al cielo:
pues recordar tu amor es cal fortuna
que no cambio mi estado con los reyes.
~
(Traducción 2: William Ospina)
Cuando, infeliz, postrado por el hombre y la suerte,
En mi triste destierro lloro a solas conmigo;
Y agita al sordo cielo mi grito vano y fuerte,
Y, volviendo a mirarme, mi destino maldigo,
Y sueño ser como otro más rico en esperanza,
Tener su mismo aspecto, gozar sus compañías,
Y envidio el arte de éste, del otro la pujanza,
Hastiado aun de aquello qie me daba alegrías–
Si en estos pensamientos mi desprecio me espanta,
Pienso en ti felizmente, y entonces mi consuelo,
Como una alondra a orillas del día se levanta
Del mundo oscuro, y canta a las puertas del cielo.
Tal riqueza me ofreces, dulce amor recordado,
Que desdeño cambiar con los reyes mi estado.
~
(Traducción 3: Miguel Ángel Montezanti)
Cuando en desgracia de hombres y fortuna
lamento mi abandono sin testigo
y al cielo mi clamor inoportuna
y a mi estrella la enfrento y la maldigo;
queriendo ser más rico en esperanza
como el que es más apuesto y talentoso,
como el que amigos o poder alcanza
menos contento con lo que más gozo;
no obstante que el desprecio me desdora
si pienso por azar en ti, mi estado,
cual despega la alondra por la aurora
himnos proclama al celestial estrado.
Tu recuerdo es valor de tal cuantía
que con los reyes no lo trocaría.
~
(Traducción 4: Ramón García González)
A veces en desgracia, ante el oro y los hombres,
lloro mi soledad y mi triste abandono
y turbo el sordo cielo, con mi estéril lamento
y viéndome a mí mismo, maldigo mi destino.
Envidio al semejante más rico de esperanzas
y sus bellas facciones y sus buenos amigos.
Envidio a este el talento y al otro su poder
y con lo que más gozo, no me siento contento.
Ante estos pensamientos yo mismo me desprecio.
Felizmente te evoco y entonces mi Natura,
como la alondra al alba, cantando toma altura,
para entonar sus himnos a las puertas del Cielo.
Me da sólo evocarte, dulce amor, tal riqueza,
que entonces, ya no cambio, mi estado por un reino.
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