domingo, 20 de marzo de 2011

Radiografía

El periodista Marcelo Figueredo acaba de publicar el libro Uruguay: 200 años, 200 preguntas (ed. Aguilar). Uno de los entrevistados es el investigador Aldo Mazzucchelli, autor de La mejor de las fieras humanas, biografía de Julio Herrera y Reissig.

Ante la pregunta: ¿Cómo se lleva el Uruguay de hoy con la obsesión por la excelencia que caracterizó a Julio Herrera y Reissig (...)?, Mazzucchelli responde:

Esquivar, olvidar los errores propios, solidarizarse con el que hace algo mal, sacarle el culo a la jeringa, no evaluar, no dejarse evaluar, mentir en las categorías que se exhiben como trabajo hecho, maquillar cifras, inflar los curriculum de hazañas irrisorias, engañosas, o directamente falsas; hacer como que se trabaja, poner la seguridad por encima de todo, cuestionar en privado y ser sumiso en público; malentender la laicidad como la práctica de no discutir lo importante, lo que conduce a una hipocresía existencial y estructural; hacer lo mínimo, contentarse con planes y proyectos, no cumplir los compromisos asumidos de buena fe siempre que sean lo suficientemente abstractos como para ser inevaluables; dejarse estar, compararse con los peores; buscar el aplauso de lo mediocre; hacerse amigo de lo mediocre para que lo aplaudan a uno; elogiar a cambio de elogios; negociar el alma; confundir los valores; soñar por un segundo que Arévalo está a la altura de Forlán, o incluso que es mejor; premiar la humildad como si fuese suficiente; negarse a estándares mundiales; tenerse lástima; buscar siempre culpables para tranquilizarse; cultivar el victimismo; recurrir a creencias viejas y conocidas para rechazar cualquier crítica incómoda; acolchonarse en un igualitarismo estéril; jugar al empate; no comprometerse; no jugarse; inventar justificaciones para no jugarse; creer que todo es relativo cuando se trata de mi, y ser el más ultra de los ultras al juzgar al otro; hacer como que se concursa; hacer como que se compite; hacer como que se gana; hacer como que se pierde; simular conocimientos que no se tienen; payar; actuar como un genio a los 25 años; no tener interés por los hechos; rechazar lo que no se conoce; ser recalcitrante, municipal, barrial; emitir juicios solo válidos para el fondo de mi casa; proponer para otros lo que no se desea para uno.

2 comentarios:

  1. No puedo estar más de acuerdo con esto. Dicho con bronca, como la furia que era su estudiado y obsesión (Reissig). Me pongo de pie.

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  2. Sin dudas, leo esto y considero que nos describe con una brutal perfección. lamentablemente lo digo, ya que terrible que sea así, y que pensemos que ésta es la sociedad que merecemos...

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